
Imagenes aportadas por Ethel Rivone

Plaza Pringles siempre fue un sitio obligado para el encuentro de los estudiantes puntanos, en nuestros gloriosos años bastaba cruzar la calle y dar unas vueltas por nuestra querida plaza....Esa era la verdadera manera de concluir con la jornada educativa.

Debíamos cuidarnos de no ser vistos por los profesores, directivos o preceptores, aunque hubiesemos compleatado el horario de clase, no era cuestión "dar malos ejemplos", "mostrarse con muchachos" , "sentarse en los bancos de la plaza acompañadas por alguien del otro sexo", como se les podía ocurrir a las mas corajudas besuquearse con su noviecito?. QUE ATRÁS QUEDÓ TODO AQUELLO NO?.........

Paula Susana Lucero, María Cristina Quiroga, Ehel Rivone
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